viernes, 16 de septiembre de 2011

Nacemos no para vivir, sino para sobrevivir.


Vivimos en años en los que los cambios en la educación no dejan de sorprendernos. Pero mayor es la sorpresa al observar que la población a la que directamente le afectan las modificaciones en los diferentes aspectos no reacciona. Dicen que cuando se es joven las ganas de luchar son infinitas, que a lo largo de la vida los golpes resquebrajan el ánimo y la pasión sobre las cosas, que la lucha poco a poco se extingue y se va dejando a los nuevos jóvenes con nuevas ganas y mucha fuerza.
Yo pienso, que aunque los golpes nos hagan viejos y sabios no hay día que no debamos luchar por algo, ya que siempre seremos capaces de realizarlo. La fuerza hay que mantenerla, cuidarla y demostrarla.

Es decepcionante y muy triste ver como en quienes más fuerza nace, en quienes tomarán las riendas algún día y serán viejos y sabios como los de antes, se diluyan las ganas de alzar la voz y demostrar que al mundo se viene sobre todo para LUCHAR.

María García.

Libertad_gg.


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