sábado, 1 de octubre de 2011

Dicen que son amores...



Desde que somos unos críos se nos infunde una idea de amor prototipo que nos vamos creyendo como real y que en absoluto lo es. Todo a nuestro al rededor nos proporciona información falsa y confusa que se traduce en sueños absurdos en nuestra infancia y adolescencia.

Pero un día te das cuenta que las cosas no son como las pintan los cuentos, Disney o Holliwood. Las trabas del destino en las historias de cada persona, de cada relación te enseñan a diferenciar la vida real de la ficticia. El amor no es más que unos pocos momentos de efímera felicidad y muchas horas de sufrimiento interior. Tampoco son todas las historias perfectas y correctas. El amor no distingue de límites, ni de kilómetros, tampoco de modales o de elección de lo mejor y más conveniente.

Hay tantas historias como personas y relaciones. La complejidad de cada cual eterna. Juzgamos sin saber, creyéndonos sabios y perfectos, mas luego somos los primeros en caer. Nadie sabe que hay verdaderamente entre dos almas, solo sus dos dueños.

Quedaron lejos aquellos tiempos en los que reinaban sueños de vidas perfectas, maridos gringos, niños adorables y casas de ensueño. Hoy nada es eso, porque eso no es absolutamente nada. La perfección aburre, cansa y muere. Dentro de la dificultad se esconde la felicidad. Nada es imposible, somos conscientes de ello, pero si complicado.

Lo triste del asunto es quien no ha descubierto aun esto, y no por eso sino porque continúan buscando un icono casi inexistente sin saber que nunca llegará, por el simple hecho de que no existe. A ellos les digo que despierten y piensen que "el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren".*

Una canción dice, "ella siempre arriesga a causas perdidas", esa es mi virtud y mi defecto. Pero no me arrepiento, pues todo lo que hice fue sintiendo y lo que haré será queriendo.

* Referencia a "Contigo" de Joaquín Sabina.

Claro ejemplo de resumen de historias imposibles es está bella canción , que consigue reunir las vidas y experiencias de anónimos que incluso podríamos conocer sin saberlo.



Miran al cielo y piden un deseo contigo la noche más bella.
Amores imposibles que escriben en canciones el trazo de una estrella.
Cartas que nunca se envían.
Botellas que brillan en el mar del olvido.
Nunca dejes de buscarme la escusa más cobarde es culpar al destino.

Por siempre amores imposibles, que nadie sabe si serán reales en un futuro incierto.

María García
Libertad_gg

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