domingo, 13 de noviembre de 2011

Palabras sobran



Como ensoñaciones hay veces que sin estar o ver un lugar sabemos que en él hay algo nuestro. Con un detalle o palabra asociamos cosas que jamás hemos visto y que cuando veamos sabremos que ya estaban presentes, que pertenecían a ese universo oculto que sin saber porque está ahí, aguardando. Siempre he creído que en cada uno de nosotros hay parte de mucha gente, que conocemos y que no. Pues la historia arrastra lugares, momentos y almas hacía otras y que en ellas se instala toda una mezcla que acaba aflorando cuando menos lo esperas.

Encontraré rincones oscuros, faroles lejanos, calles pausadas en el tiempo de antaño, silencios compartidos, recuerdos de ayer mutados en presentes de mañana. Encontraré todo lo que perdí y lo que he encontrado, mis ausencias, mis desvelos, mis odios y anhelos. Pero también mi verdadero fuego, la luz que ilumina constante, la esperanza.

Allí yacen los escombros de mis sueños; en el mismo lugar, una vela encendida marcará mi sendero, mi personal huida con una de las personas que más quiero.

A ti, que te dedico pocas cosas y escasas palabras de amor. A ti, aunque desconoces los misterios de mujeres como yo. A ti, que me regalas sueños.

María García
Libertad_gg

2 comentarios:

  1. De sueños y universos ocultos que estaban allí se ha dicho mucho y muy poco. Los tópicos se acumulan y nosotros creemos habitar esos lugares comunes. Viaja pues por esos senderos y no dediques pocas cosas ni mucho menos pocas palabras. Piensa como dices que cada uno tiene pedacitos de otras personas, esos tesoros que nos legaron. No son tesoros materiales, pues éstos no valen nada, son palabras, sonrisas, caricias, incluso una cara alegre de un desconocido con el que se coincide en una estación de tren o en una cafetería en la que nunca habíamos estado antes.
    Maiakovski, el gran poeta y dramaturgo ruso decía una vez:

    Todo lo que posee mi alma,
    todo,
    ¿a ver quién se atreve a medir esta hondura?
    Toda la maravilla,
    que en la eternidad adornará mi paso,
    y aun mi propia inmortalidad,
    que tronando por todos los siglos,
    juntará a mis admiradores de rodillas,
    en el mundo y siempre.
    ¿Todo eso, quieren?
    Lo doy en seguida
    por una sola palabra,
    cariñosa,
    humana.

    Esa es pues la clave, disfrutemos ahora de los lugares comunes, pensemos que los escombros de esos sueños pueden ser recogidos y servir como reconstrucción de algo que nos aguardará si sabemos cuál es el sendero correcto para llegar hasta él.
    Sigamos regalando sueños.

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  2. El Gallo de Barcelos - Leyenda - Portugal

    Tiempo atrás, los habitantes de una villa llamada Barcelos (región de Baixo Minho) se sobresaltaron porque en su pueblo, normalmente tranquilo, había ocurrido un crimen oprobioso y aún más, porque pese a los esfuerzos de las autoridades, no habían podido localizar al perpetrador.

    Un día apareció un forastero en el pueblo y los lugareños no tardaron en sospechar de él, como casi siempre se sospecha de los rostros que nos son desconocidos.
    Las autoridades resolvieron aprehenderlo y muy a pesar de sus protestas de inocencia nadie quiso creerle. De poco valió que dijera una y mil veces que era un peregrino de Santiago y que se encaminaba a Compostela a cumplir con su cometido religioso. Pudo más la desconfianza en él y finalmente fue condenado a morir en la horca.

    Como último deseo antes de ser ejecutado, solicitó ser llevado de nuevo ante el Juez que lo condenó. Se le concedió su solicitud y cuando fue llevado ante éste el funcionario se encontraba en un banquete, compartiendo con los amigos. El pobre condenado declaró una vez más su inocencia y pronunció las siguientes palabras mientras apuntaba con el dedo hacia un plato donde había un gallo asado listo para ser comido:

    "Mi inocencia es tan cierta que os puedo asegurar que este gallo asado se pondrá de pie en su plato y cantará si soy colgado por el cuello sin ser culpable del crimen de que se me acusa."

    Todos los presentes se rieron de él. Sin embargo, nadie se atrevió a tocar el platillo donde estaba el gallo asado, mucho menos a comerlo.

    Así pués, lo que parecía imposible ocurrió. Cuando el peregrino fue colgado, en el momento mismo en que el verdugo lo hacía pender de la cuerda, allá en el palacio, el gallo asado se puso en pie, batió sus alas y empezó a cantar.

    Ante este portento, nadie dudó un solo instante que se había sentenciado a muerte a un hombre inocente. El Juez se apre- suró a detener la ejecución pero al llegar a la plaza el pobre forastero ya pendía de la cuerda. Horrorizado por lo que ha bía hecho el Juez ordenó lo descolgaran y para sorpresa y alegría de todos los de Barcelos, luego de toser varias veces el presunto cadáver se puso de pie y recuperó el resuello. Un nudo o torcedura de la cuerda había impedido que ésta se cerrara totalmente sobre la garganta del sentenciado.

    El peregrino de Santiago fue puesto en libertad y así pudo marchar a cumplir con su cometido. Algunos años más tarde el peregrino retornó a Barcelos y ordenó construir de su propio dinero un monumento en honor de Santiago y de la Santísima Virgen como testimonio de su agradecimiento.

    El Gallo de Barcelos es el símbolo nacional de Portugal y significa: Serenidad, Fe, Confianza y Honor.

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