En la mente un toca discos, una discoteca antigua y unos
pantalones de campana, quizás flequillos o tupés tiesos de laca. Nada aislado,
todos bailando entre las notas perdidas que vuelan y se mueven ávidas y locas.
Pies que se confunden sobre una pista, luces rotantes giran y giran como las
cabezas de los amantes. El escenario idóneo para una escuela de calor, dónde
los muchachos de Radio Futura secuestran chicas. El lugar cercano a dónde en un
Cadillac solitario un chico esperaba fumando un cigarro. Cubierta de música
recordando que cualquier tiempo pasado fue mejor, como bien dijo Manrique. Esperando, cigarro colgando en la comisura de mis labios, a que de la máquina del
tiempo que me transportó aparezca un muchacho que me pida bailar un Rock and
Roll.
María García
Me apsiona como escribes. Gracias por compartir. Un besote.
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