Una
vez más es necesario recordar que las tres pes, nos gusten o no, son
necesarias, y yo diría que indispensables en toda sociedad - unas más que otras
si que es verdad, pensarán -. Los tres famosos oficios de ese dicho que dice: “Putas,
policías y periodistas”. Recalco que los terceros son la clave que encaja en el
centro del arco, que es la sociedad. La dovela que mayor valor y
responsabilidad posee, pues ¿qué sería del mundo sin comunicación, sin
información? Seríamos esclavos de una verdad que celaría por completo nuestra
posibilidad de avanzar dentro de la caverna, aquella en cuyo principio la
hoguera aguarda, dónde las ideas reales pueblan el exterior y los hombres abandonan
las sombras eternas que turban la razón. Esto ya lo dijo hace bastante tiempo
un señor que decía ser filósofo y se hacía llamar Platón. Y no le faltaba
razón, sin embargo actualmente el periodismo, columna vertebral del mundo, se
encuentra nublado por la carencia de importancia a la que se enfrenta. No solo
hablamos de que el formato tradicional lleva algún tiempo fallando ni de que
los profesionales esperen sentados en sus casas a que alguien les contrate. Esto
último deriva del problema fundamental que es la financiación de los medios de
comunicación. Y no es comprensible que un arma tan valioso y, mejor dicho,
poderoso esté en manos de empresas privadas que lejos de ser del ámbito de la
comunicación abarquen de todo más esto. Además, unámosle el medio casi total de
recaudación de capital, la publicidad. Es está la culpable de que cada mañana
al abrir el periódico sienta repulsión y ganas de volver a cerrarlo al
presenciar semejante variedad de anuncios. Porque eso si, variedad no falta. En
un periódico como El País catalogado como prensa de referencia a nivel mundial
podemos encontrar desde bodegas, a agencias de viajes, pasando por coches y
bancos… Un surtido con lo “mejorcito” del mercado empresarial del panorama.
Ante semejante espectáculo continúo página a página con la esperanza de ver una
llena de letras pequeñitas, lo que supone que algo de periodismo puedo
encontrar. Insatisfecha con la financiación de las empresas en las que sueño
trabajar, no me queda más remedio que escribir estás letras que de nada
valdrán. Pero al menos me ayudarán a recordar que queda mucho por lograr, y que
mejor que comenzar por el principio en vez de por el final como parece que se prefiere en la actualidad.
María
García
Libertad_gg
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