miércoles, 18 de abril de 2012

Compre mientras lee




Una vez más es necesario recordar que las tres pes, nos gusten o no, son necesarias, y yo diría que indispensables en toda sociedad - unas más que otras si que es verdad, pensarán -. Los tres famosos oficios de ese dicho que dice: “Putas, policías y periodistas”. Recalco que los terceros son la clave que encaja en el centro del arco, que es la sociedad. La dovela que mayor valor y responsabilidad posee, pues ¿qué sería del mundo sin comunicación, sin información? Seríamos esclavos de una verdad que celaría por completo nuestra posibilidad de avanzar dentro de la caverna, aquella en cuyo principio la hoguera aguarda, dónde las ideas reales pueblan el exterior y los hombres abandonan las sombras eternas que turban la razón. Esto ya lo dijo hace bastante tiempo un señor que decía ser filósofo y se hacía llamar Platón. Y no le faltaba razón, sin embargo actualmente el periodismo, columna vertebral del mundo, se encuentra nublado por la carencia de importancia a la que se enfrenta. No solo hablamos de que el formato tradicional lleva algún tiempo fallando ni de que los profesionales esperen sentados en sus casas a que alguien les contrate. Esto último deriva del problema fundamental que es la financiación de los medios de comunicación. Y no es comprensible que un arma tan valioso y, mejor dicho, poderoso esté en manos de empresas privadas que lejos de ser del ámbito de la comunicación abarquen de todo más esto. Además, unámosle el medio casi total de recaudación de capital, la publicidad. Es está la culpable de que cada mañana al abrir el periódico sienta repulsión y ganas de volver a cerrarlo al presenciar semejante variedad de anuncios. Porque eso si, variedad no falta. En un periódico como El País catalogado como prensa de referencia a nivel mundial podemos encontrar desde bodegas, a agencias de viajes, pasando por coches y bancos… Un surtido con lo “mejorcito” del mercado empresarial del panorama. Ante semejante espectáculo continúo página a página con la esperanza de ver una llena de letras pequeñitas, lo que supone que algo de periodismo puedo encontrar. Insatisfecha con la financiación de las empresas en las que sueño trabajar, no me queda más remedio que escribir estás letras que de nada valdrán. Pero al menos me ayudarán a recordar que queda mucho por lograr, y que mejor que comenzar por el principio en vez de por el final como parece que se prefiere en la actualidad.

María García
Libertad_gg

No hay comentarios:

Publicar un comentario