miércoles, 9 de noviembre de 2011

Detrimento mental


Vivimos en el siglo XXI, época plagada de innovaciones, progreso, personas cualificadas, etc. Últimamente lo trasngresivo y las tecnologías están a la orden del día, porque nos hacen más libres y más abiertos al mundo y a sus características; sin embargo, existen temas que aun continuan vetándose. A pesar de los grandes esfuerzos que se llevan a cabo para combatirlos .

Hace unas semanas escuche por la radio el caso de una serie de problemas a los que una pareja ha tenido que hacer frente. Tras la decisión de contraer matrimonio, apalabraron con una bodega realizar en dicho establecimiento el convite nupcial.  De este modo, se llevaron a cabo los trámites pertinentes y se cerró el trato. La problemática empieza cuando los responsables del local se ponen de nuevo en contacto con la pareja para comunicarles que: la celebración de la comida de una boda entre homosexuales en el local, va contra la moral de uno de los principales dueños de la empresa. Por lo tanto, avisan de la cancelación de la misma. De este modo, por el único hecho de ser homosexuales se les negó el trato dejándolos sin local a tan solo 15 días del enlace.

Resulta increíble como se puede ser tan caradura de utilizar el derecho de admisión alegando cuestiones morales, cuando estas son consideradas contra los derechos humanos, puesto que se discrimina y rechaza a personas por su condición sexual.

Señor empresario, quería comentarle que los derechos al igual que los deberes no se permiten utilizar en favor propio y muchísimo menos como pretexto para justificar conductas homófobas.

Retomando lo que decía al principio, de cara a la galería todos somo personas de razonables y civilizadas, ciudadanos del mundo occidental y "desarrollado". ¡Ojo! Resalto "desarrollado" pues además de que nuestras economías lo estén, también nuestras mentes deben estarlo. Ya que como gente civilizada tenemos el deber de respetar y aceptar a cualquier ser humano, pero claro esto es tan solo en teoría. Respecto a la práctica cada maestrillo tiene su librillo. Está en nosotros, en todos, ir más allá de presumir de la época en la que vivimos llena de "facilidades y aceptación" si no demostrar con hechos algo tan básico como que absolutamente TODOS somos iguales, como se refleja en la teoría.

María García
Libertad_gg

4 comentarios:

  1. Soy Dannybeat, María, lo comparto si no te importa en Facebook también. ¡Es perfecto!
    Me gusta tu filosofía :)

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  2. Allá va mi desordenado y banal comentario, querida, siento no poder expresarlo mejor, pero quería hacerlo pronto y comentar tu acertada vision:

    COMENTARIO AL ARTÍCULO "Detrimento Mental"

    Veamos, cuando se profundiza en el estudio del progreso alcanzado por la sociedad humana vemos que un factor importante en ese progreso es el desarrollo de la tecnología. Hasta ahí, tenemos cosas positivas para inquirir, pero ¡cuidado!, siendo como son la ciencia y la tecnología actividades sociales, se debe pues
    enfatizar sobre el significado social de la ciencia y la tecnología, a menudo ausente del estudio científico-técnico...como tarea sociocultural integradora, puede beneficiar a la sociedad en su conjunto.
    Esto nos retrotrae a Marx: “la gran industria hizo nacer la modernísima ciencia de la tecnología” (Vid. Das Kapital, 1867, Tomo I).
    Pues bien, todo serían beneficios sociales, pues obedecería dicho desarrollo como
    concepción del mundo humanista, a una reacción evidente al entorno social en el que
    trabajan los que la practican.
    Pero enlacemos esto con la cuestión de la homofobia que expones a continuación.
    Tenemos un empresario a cargo de un establecimiento hostelero que se supone cumple ciertos requisitos y cuyo derecho a admisión respetamos. A partir de allí, ¿me quiere usted decir, señor homófobo, que si yo entro apestando a whisky y a prostitutas menores de edad en su bar, tengo más derecho que una persona cuyo único “defecto” para usted es que se acuesta con otra persona de su mismo sexo?
    La lacra se une al desarrollo entonces. Eso no es que sea incívico, es que tira por tierra cualquier concepto de libertad individual.
    María, tú adviertes que “está en nosotros, en todos, ir más allá de presumir de la época en la que vivimos llena de "facilidades y aceptación" si no demostrar con hechos algo tan básico como que absolutamente TODOS somos iguales, como se refleja en la teoría”.
    Pues es cierto, pero sinceramente, falta muchísimo trabajo por hacer y yo recomiendo a estos empresarios que destrozan y vetan la libertad sexual y social a que lean un poquito a Marx. Que sepamos, a él poco le importaba la homosexualidad o la heterosexualidad, a él y a los que acertadamente siguieron sus doctrinas, le interesaban más las personas.
    Así son pues las cosas, siento haber construido un comentario tan desordenado, pues esa anécdota me cabreó en su momento y me sigue cabreando cada vez que la recuerdo. Y me temo que, como decía Sánchez Ferlosio allá por el 93: Vendrán más años malos y nos harán más ciegos.

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  3. Mira por dónde. Ayer recibí un correo de la web Actuable, pidiendo actuación por mi parte para apoyar a la pareja con ciertos objetivos que tenían con respecto al asunto, de los que, sinceramente, no me acuerdo.
    No firmé.
    Voy en contra de todo tipo de discriminación, ya sea sexual, racista o de género.
    Pero la primera impresión que tuve al leer la
    carta fue: "La gente ya se queja por todo" (¡¡ooohhhh blasfemia!! ¡No puede ser que Cobacho piense eso!)
    Pues sí, es así. Cierto es que el empresario en cuestión podría haber avisado con más tiempo. Y cierto es que no tiene "ningún derecho" para vetarles la entrada simplemente por su sexualidad.
    Pero...¿dónde acaba la libertad de uno para que se lleve a cabo la del otro?
    He dicho antes que no recordaba los objetivos de la pareja, pero ahora se me acaba de venir uno de ellos, y era OBLIGAR al empresario a dejarles celebrar la ceremonia. Ahí es donde radica mi pequeño conflicto interno (y no es un conflicto pequeño eh).
    No estoy de acuerdo con la moralidad de este señor, pero al fin y al cabo es SU MORALIDAD. Hasta donde yo sé, la negativa fue pacífica y sin ningún tipo de falta de respeto (sí, es verdad que negarles la celebración se puede considerar como falta de respeto, pero me refería a insultos y otros actos por el estilo), no lo hizo de una forma violenta o irrespetuosa, imponiendo sus ideales "a la fuerza". Sin embargo ellos, la pareja, sí que quieren imponer sus ideales por la fuerza (la fuerza del pueblo).

    No sé...es un tema que me hace entrar en un bucle discriminación<-->derechos del empresario...que no termino de resolver.
    ¿Nunca habéis tenido la sensación de que ciertos derechos humanos violan otros cuantos?

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  4. Como decía Daniel García, la tecnología nos beneficia a todos en general.. lo cual no quiere decir que no sigan habiendo personas homófobas, racistas, o lo que sea.. una cosa es el avance tecnológico del ser humano y otro el avance moral, el segundo creo yo que es el que menos avanzados estamos. Este caso es un claro ejemplo de ello. De todas formas creo que la mentalidad de las personas es mucho mas abierta hoy en dia que hace unos años, por lo menos aqui en España. Ese hostelero representa a una generación educada con idealismos retrógrados, pero que en mi opinión cada vez están más en peligro de extinción. Saludos.
    Pepe

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